Sin casi preámbulo hoy publico la conclusión de la ponencia de J Gervás en la mesa acerca de “Cuidados ao doente terminal”, desarrollada el 22 de octubre de 2010 en Oporto (Portugal), dentro del XVII Encontro do Internato de Medicina Geral e Familiar da Zona Norte. Al final del post teneis el enlace del documento completo. Imprescindible lectura para residentes (tb adjuntos( de medicina de familia. Gracias Juan.
MORIR EN CASA CON DIGNIDAD. UNA POSIBILIDAD, SI HAY APOYO Y CUIDADOS DE CALIDAD
1 Juan Gérvas Médico general.
Equipo CESCA, Madrid, España jgervasc@meditex.es http://www.equipocesca.org
CONCLUSIÓN
Nada produce más alivio que la visita temprana del médico de cabecera, que acude en su ronda diaria de domicilios a visitar la casa del paciente terminal. Esa llegada y ese encuentro médico-paciente-cuidador/es, con el maletín/cabás repleto de recursos, el conocimiento actualizado, el corazón abierto, los gestos amables y el tiempo sin (aparentemente) límite, calma y consuela más que la morfina.
Ni que decir tiene que la última visita puede ser la más terapéutica, cuando acude el médico de cabecera para certificar la muerte, con la familia y algún vecino por testigos, cuando el médico reconoce y trata dignamente el cadáver (mientras en lo más íntimo de su ser piensa “¿cuándo, dónde, en qué circunstancias me tocará a mí?”) y , mientras da el pésame, casi sin dar importancia pero con solemnidad manifiesta en alto y para ser oído: “Me gustaría que a mí me tocase una familia y unos cuidadores que me prestaran los cuidados que se le han prestado a este paciente; murió en paz y con dignidad”.
Sólo un poeta puede expresar el aura terapéutica que lleva el médico de cabecera en esa visita mañanera o postrera:
Depois de procelosa tempestade
Nocturna sombra e sibilante vento
Traz a manha serena, claridade
Esperanza de porto e salvamento5.
Es hora de que los médicos de cabecera ofrezcamos estos servicios, y de que la sociedad los exija y recompense. Morir con dignidad en casa es un derecho inalienable. A la transcendencia del morir no podemos responder con la indignidad de una muerte cruel, prolongada y secuestrada lejos de las cosas y personas queridas.
ACCESO A LA PONENCIA COMPLETA:
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Hasta hace 50 años no se moría en los hospitales y la población tendía a mantener a los pacientes en el hogar. El gran desarrollo de la medicina hospitalaria y la tecnificación son los factores que han determinado este problema. Ya se han mencionado las cuestiones que plantean en el terreno ético los avances tecnológicos y el derecho que asiste al anciano a poder renunciar a algunas de sus ventajas. La muerte en el propio domicilio, con preferencia a la que se produce en la institución, sea ésta hospitalaria o no, se asocia habitualmente a un menor riesgo de agresión médica para el anciano moribundo y también a una mayor posibilidad de despedirse de este mundo en el mismo entorno en el que se ha vivido, aunque últimamente existe cierta controversia.Creo que los médicos de familia no solo hemos de saber reconocer, sino también manejar toda problemática que será diferente en cada caso. Hay que valorar si la familia puede desde el punto de vista emocional y práctico atender al enfermo o colaborar adecuadamente en su cuidado. Si puede, debe decidir con qué grado de implicación lo va asumir , y si no puede, que valore o que busque ayuda a otro nivel. Identificar entre los familiares a la persona que sea más adecuada para llevar el peso de la atención. Tenemos que enseñar a la familia pautas de actuación para determinadas situaciones.Y en mi humilde opinión ponerse un poco en la piel del enfermo y de la familia.
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Cuando leo comentarios como este, donde un residente reflexiona y lo comparte con todos los demás, me reafirmo en mi creencia de que ser tutor de residentes de medicina de familia es, en verdad, un gran regalo. Gracias Miriam
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