Cuando nos esforzamos en intentar aplicar la MBE como nuestro método de mantenernos al día y también como recurso docente hacia nuestro residentes no es difícil sentir en más de una ocasión que sólo intentamos demostrar que todo lo nuevo no es tan bueno y que casi lo único que podemos hacer en una consulta es recoemndar paracetamol y vida sana.
Sin embargo esto no es en absoluto cierto. Cuando intentamos trasmitir la importancia del autoaprendizaje utilizando herramientas de medicina basada en la evidencia uno de los primeros obstáculos que solemos encontrar es la explicación fisiopatológica de la enfermedad como término inamovible. Y esto en terapéutica se traduce en cada vez encontramos más los ejemplos donde un tratamiento fisiopatológicamente contraindicado en realidad no lo es.
En el campo de la cardiología, a lo largo de los últimos años, hemos tenido que ir deconstruyendo el papel del inotropismo, de la frecuencia cardíaca que tantas horitas nos consumió en el estudio de la fisiología y de la fisiopatología del corazón (¿os acordais p.e. de un tal Franck-Starling?).

The U.S. National Archives
A principios de los 90 los betabloqueantes estaban casi prácticamente vetados en la insuficiencia cardíaca y contraindicados de forma absoluta en los bronquíticos crónicos. Ya es innegable el papel del betabloqueante en la insuficiencia cardíaca, a pesar de lo cual no son todavía utilizados en la medida en que debieran serlo.
Muy recientemente, en mayo de este año, se publicaba cómo los betabloqueantes pueden reducir la mortalidad y el nº de exacerbaciones en el paciente EPOC [Arch Intern Med. 2010] http://goo.gl/KdF9 motivando incluso un Editorial titulado El curioso caso de los betabloqueantes en el EPOC. Textualmente el editorial dice así:
El estudio de Rutten et al sugiere, de forma provocativa, cómo el uso de las betabloqueantes, contrariamente a la enseñanza clásica, no sólo es seguro sino que, además, puede prolongar la vida y disminuir las exacerbaciones en la EPOC, aportando nuevas esperanzas para pacientes con esta enfermedad.
Revisando este tema encontré diferentes articulos, cuya publicación arrancaba en 2005, donde ya se intuía que la máxima de betabloqueantes contraindicados en EPOC era un concepto haciendo aguas.
- Betabloqueantes y calidad de vida en pacientes con arteriopatía periférica [Int J Chron Obstruct Pulmon Dis. 2009] http://goo.gl/iMpL
- Uso de betabloqueantes y riesgo de muerte en pacientes EPOC hospitalizados por reagudización [Thorax. 2008] http://goo.gl/do7G
- Impacto de betabloqueantes cardioselectivos en la mortalidad de EPOC con aterosclerosis [Am J Respir Crit Care Med 2008]http://goo.gl/7f3n
- Tasa de hospitalización e ingresos en urgencias en EPOC que toman betabloqueantes [Pharmacotherapy. 2007] http://goo.gl/R7XT
- Betabloqueantes cardioselectivos en la EPOC Cochrane Database Syst Rev. 2005] http://goo.gl/YBlb
Me queda la duda de cuanto tiempo tardará esta evidencia en ser parte de nuestra practica diaria, en esta patología tan prevalente y tan infradiagnosticada.
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En Asturias nos han instalado el programa MIRAME que se supone es para detectar interacciones medicamentosas y que nos vuelve locos saltando todas las alertas cada vez que un EPOC cardiopata tiene indicado un Bbloqueante
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Gracias por tu aporte Belén.
¿Sabes qué base de datos de interacciones utiliza vuestro programa?
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excelente comentario y revisión de otro mito médico, me viene muy bien y te «copio» la aalerta. Cuantos pacientes nos habrán remitidos los neumologos con el imperativo «suprimir betabloqueantes»
Saludos
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Gracias Rafa.
Tus comentarios son siempre bienvenidos en este Rincón Docente. Saludos desde una Mérida que parece entrar por fin en el otoño…
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